Nuestra piel acumula impurezas y restos de sebo durante la noche, y es imprescindible retirar por la mañana como paso previo a empezar la rutina facial, por lo que debemos comenzar nuestra rutina limpiando el rostro con agua micelar para suavizar e hidratar nuestra piel.

En segundo lugar, lo ideal es utilizar una crema en la piel del contorno de ojos, al ser esta piel más fina que la del rostro en general. Esta reducirá la hinchazón y mantendrá la piel hidratada en esta zona durante el resto del día.

El tercer paso consiste en proteger la piel de agentes externos, pues esta se encuentra expuesta a radicales libres que dañan las células y aceleran el proceso de envejecimiento de la piel durante todo el día. Debes emplear un Sérum de textura ligera y con alta concentración de ingredientes activos, y aprovechar sus beneficios aplicándolo directamente sobre tú piel limpia y seca.

Durante todos los días del año es necesario proteger la piel de la radiación solar, pues esta se encuentra expuesta a rayos UVA (principal causa del envejecimiento prematuro de la piel) y rayos UVB (que pueden ocasionar quemadura solares y algunos tipos de cáncer de piel).
Por ello una de los pasos más importantes en toda rutina facial es utilizar un fotoprotector de alta protección SPF y proteger tu piel del sol.

Como último paso, si te maquillas, es el maquillaje facial. Comprueba que el maquillaje aguanta más tiempo sobre la piel si sigues todos los pasos de la rutina facial diaria y necesitará menos retoques durante e día.